En el pleno celebrado durante los días de ayer y hoy, el Consejo General de…
EL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE CÁDIZ CON EL CÁNCER DE MAMA
Cádiz, 19.10.23
EL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE CÁDIZ CON EL CÁNCER DE MAMA
La Junta de Gobierno del ICAC quiere manifestar su apoyo y solidaridad con todas las personas que están atravesando un complicado momento a causa de haber sido diagnosticadas de cáncer, y en especial en el día del Cáncer de Mama, a las abogadas que pasan por esta situación.
Este día nos hace pensar en las personas que tienen que convivir con la dura realidad de padecer esta enfermedad al tiempo que ejercen una profesión como es la Abogacía, con todo lo que significa y todo lo que conlleva.
Por ello, el Colegio de Abogados de Cádiz quiere detenerse y hacer una “llamada de atención” para que todos y todas seamos conscientes de lo difícil que resulta compaginar esta enfermedad con el desarrollo diario del ejercicio de la Abogacía.
Con este motivo traemos dos testimonios de dos Abogadas del ICAC, una es Regla Carrasco, que ha sido diagnosticada hace muy poco de esta enfermedad y se encuentra al inicio del proceso, recibiendo en la actualidad tratamiento de quimioterapia. El otro testimonio es de Cinta Vivancos, actual miembro de la Junta de Gobierno del ICAC, y que pasó por este trance hace siete años. Les hemos pedido la visión personal a cada una de ellas, al objeto de poder ayudar, al menos con su experiencia, a afrontar estos difíciles momentos a todas las abogadas que puedan sentirse en la misma situación y trasmitir un sentimiento de esperanza en la curación y solidaridad con las compañeras que lo están viviendo.
Regla Carrasco
“Soy Regla Carrasco Barcia, compañera del Ilustre Colegio de Abogados de Cádiz. Actualmente estoy atravesando un cáncer de mama, afortunadamente con buen pronóstico de curación. Sin embargo, con independencia del pronóstico, es un camino duro de transitar, cuyo tratamiento depende del nombre y los dos apellidos que reciba el tumor en el diagnóstico, por lo que cada proceso y tratamiento es diferente.
A nivel personal, la vida te da un giro de 180º, como cabe imaginar. Por otro lado, a nivel profesional, nuestra actividad no se puede paralizar de un momento para otro y se viven situaciones muy difíciles empezando por el momento en el que sospechas lo que te ocurre, pero la falta de confirmación no te permite comentarlo ni con clientes ni con compañeros y compañeras. Tu cabeza no puede estar centrada en el trabajo pero debes hacer un sobreesfuerzo para sacar adelante el día a día, lo que supone un estrés añadido al trabajo. Luego van llegando las citas para las pruebas que te ocupan días enteros fuera del despacho con el consiguiente retraso, cancelaciones, etc. y sigues sin poder dar una explicación clara por lo que el estrés sigue aumentando. Finalmente llega el diagnóstico y la confirmación de que te encuentras en un estado incompatible con un ejercicio óptimo de la profesión.
Con el diagnóstico llega la baja médica y el duro momento de contarlo a clientes y compañeros y compañeras con los que no siempre tienes la relación de cercanía necesaria para compartir algo tan íntimo. Pese al miedo inicial, yo he recibido un apoyo y unas muestras de empatía que me han facilitado mucho poder continuar con los asuntos próximos a su resolución y derivar todos aquellos de los que no voy a poder hacerme cargo.
Lamentablemente, la comprensión y empatía de clientes y compañeros y compañeras no lo resuelve todo. Los plazos siguen venciendo, los asuntos van llegando a su fin y, si tienes un despacho unipersonal como es mi caso, con una baja médica no puedes continuar de alta ante la Agencia Tributaria de cara a facturar los asuntos que se van cerrando, por lo que te ves obligada a contratar a un empleado que se haga cargo del despacho pese a no conocerlo, por lo que la desconexión total no es posible durante el proceso de curación.
No obstante, la buena noticia es que nuestro Colegio se ocupa de gestionar la suspensión los plazos de los procedimientos judiciales durante la baja médica del Letrado o Letrada, por lo que en relación con determinados procedimientos cuya resolución no es urgente o no esté señalada la vista siquiera, puedes respirar un poco más tranquila.
Por tanto, dentro de la dificultad profesional que atraviesas durante la enfermedad, aún falta mucho por hacer para que los enfermos de larga duración podamos centrarnos exclusivamente en la curación en una profesión como la nuestra; no obstante, hay un buen camino recorrido a nivel colegial.
Cinta Vivancos
“Soy Cinta Vivancos, Abogada, miembro de la Junta de Gobierno del ICAC, y Abogada laboralista de vocación, lo que también me ha llevado a ser Vicepresidenta de ASNALA.
Cuando nuestro Decano, José Adolfo Baturone, me pidió un breve testimonio sobre mi experiencia tras haber sido diagnosticada de Cáncer de Mama, realmente me dio un poco de vértigo, pues siempre me ha costado hablar de mi vida personal y sobre todo, de esa durísima etapa que tuve que vivir hace ahora ocho años.
Pero, en seguida, le dije que contara conmigo para dos cosas: la primera, para trasmitir a todas la compañeras que, como ahora Regla están pasando esta situación que, de esto se sale! Y prueba de ello es todo lo que he podido hacer desde el fatídico día en que recibí esa terrible noticia, un 25 de agosto de 2015. El primer momento es durísimo de asimilar. Somos abogadas en ejercicio, y de un día para otro el médico te dice que desde ese mismo instante ya no podrás hacer nada durante el próximo año (que es aproximadamente lo que dura el tratamiento de quimio, intervención quirúrgica y radioterapia). Y solo pasan unas series de frases por tu cabeza, y no es la enfermad, solo es: Y que pasa con mis juicios?, Y mis reuniones?, Y los plazos?… y echando la vista atrás solo puedo decir que, una vez asimilado que no puedes cambiar la situación, tan solo aceptarla y cuidarte para que acabe lo antes posible, llamas a compañeros y compruebas como te echan una mano, como los funcionarios del juzgado hacen todo lo posible por ayudarte y suspender los señalamientos, y realmente recibes la comprensión y todo lo necesario para poder asumir que solo será una etapa -muy dura- en tu vida profesional, pero acabará y tras ella podrás seguir con todo lo que tenias previsto, con tu vida, con tu estrés, bendito estrés!
En aquellos momentos mi tabla de salvación fue mi familia, mi marido y madre, que nunca me soltaron la mano, después mis compañeros, mi socio se hizo cargo de todos mis expedientes, pero sobre todo, yo me agarré al trabajo, tenia que enviar correos, hacer llamadas a clientes, hablar con la Inspección, etc…, y ese motivo hacía que no me dejara arrastrar por el desánimo, y que con ello, entre tratamiento y tratamiento, salieran los recursos, los escritos, la preparación de los juicios que llevaría un compañero, … Y he de decir que todo salió, y además muy bien. Los clientes siguieron, los compañeros facilitaron las suspensiones, y los juzgados hicieron posible que todo pudiera llevarse a cabo, y entre todos te hacen sobrellevar esta difícil situación.
Y puedo decir que, ocho años después de ese día en el que creí que todo se acababa, soy muy afortunada por poder ejercer a diario esta complicada y maravillosa profesión.
Y la segunda cosa a la que me comprometí con nuestro Decano, y dada mi condición de Diputada de la Junta de Gobierno del ICAC, es a ayudar a cualquier compañera que se encuentre en la misma situación, a escucharla a tenderle la mano, a facilitarle también todo lo que esté en mi mano a nivel colegial, y con ello, a que sienta que su Colegio de Abogados hará todo lo posible por ayudarla en lo que sea necesario, para lo que expresamente me comprometo desde estas líneas”.
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